En
septiembre de 2013, Escot se encontró al borde de la muerte. Este perro
fue envenenado y cuando la Dra.Tjarda Reints Bok llegó a socorrerlo
pensó que ya era demasiado tarde, su mirada reflejaba una gran
resignación ante la vida, él se encontraba acostado en frente de la
tienda de su padre humano en la Isla de Isabela, en las Islas Galápagos.
Reints Bok, veterinaria voluntaria en Darwin Animal Doctors, dijo:
“Escot ya estaba empezando a temblar. Yo estaba muy preocupada. Normalmente cuando comienzan a temblar, no podemos recuperarlos. Es una especie de punto de no retorno”.
El
perro fue envenenado con organofosfatos, un tipo de pesticida que ataca
al sistema nervioso. En las islas Galápagos, algunas personas suelen
ver a los perros como si fueran plagas y por eso tratan de deshacerse de ellos.
Tod Emko, cofundador de Darwin Animal Doctors, dijo a The Dodo:
“No hay educación sobre el veneno y otras sustancias mortales ampliamente disponibles en las Galápagos, por lo que la gente las utilizan para resolver problemas de ‘plagas’ de todo tipo, sin saber cómo distribuir con seguridad un veneno mortal que podría envenenar el medio ambiente y matar a cualquier humano o animal que lo coma”.
Reints Bok dijo:
“La gente no quiere a ningún perro allí, ya que pueden suponer una amenaza para la vida silvestre. Ellos simplemente vagan por las playas y no caminan por las pistas, lo cual es un gran problema que hay alrededor de Isabela, [la gente local] pone veneno alrededor de los bordes del parque nacional, y alrededor de los bordes de las afueras del pueblo”.
La
Dra. Reints Bok cree que Escot estuvo vagando en la mañana, comió un
poco de carne envenenada y cuando regresó a la tienda se desplomó.
El padre humano de Escot se encontraba muy preocupado y decidió frotar su cuerpo con aceite de oliva.
“En las Galápagos, creen que el aceite es un remedio para ese tipo de toxina, pero no funciona”.
Infortunadamente,
el aceite dificultó a la Dra. Reints Bok la inserción de un catéter
intravenoso y tuvo que utilizar una cinta, una vez lo logró, ella
comenzó a lavar el veneno del cuerpo del perro con un medicamento
llamado atropina y también utilizó carbón activado.
Después
de esto, Escot comenzó presentar mejoras, pero no se encontraba
completamente a salvo, así que la Dra. decidió que lo mejor sería
llevarlo a la clínica que se encontraba a una milla de distancia.
Este perro fue envenenado y lo transportaron en una ambulancia improvisada
Debido
al gran peso y tamaño del perro, resultaba muy difícil su traslado,
pero fue allí cuando el padre humano de Escot tuvo una rápida solución.
“Me dijo: ‘Oh, podemos utilizar la bicicleta'”.
Él
se refería a una bicicleta de tres ruedas utilizada para la entrega de
comestibles de la tienda, ésta se convirtió en una ambulancia
improvisada que finalmente fue de gran ayuda.
Reints
Bok ayudó a subir a Escot a la bicicleta, y luego saltó sobre ella para
seguir sosteniendo el cateter mientras el padre humano la arrastraba,
uno de los hijos del señor también se animó a acompañar a Escot, y
brindarle algo de tranquilidad en el camino.
“Se volvió más alerta en la bicicleta. Empezó a sentarse”.
Cuando
por fin llegaron a la clínica, Reints Bok le brindó mas carbón activado
y lo mezcló con alimento para que así comiera algo por si mismo.
Al final del día, Escot estuvo completamente recuperado y pudo regresar a su hogar.
“La misma tarde, fui a la tienda para ver cómo estaba, y él empezó a ladrar y gruñir – tenía un comportamiento normal. Y pensé, está de vuelta y mejor, volvió a ser el mismo de nuevo”.
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Más información: The Dodo
Q buena obra d bien ayudemos a los amigos d corazon e tambien proteccion e derechos a los animales d esa zona un llamado a las autoridades no a la violencia bendiciones.
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