Eugenio está casado
con Cecilia Nolasco de 30 años, juntos desde hace 10 años con sólo una
hija de 3 años y aparentemente eran una familia muy feliz. La oración
era parte de todos los días, era necesario dar gracias a Dios por el
almuerzo, comida, cena, por un día más, por la familia pero sobre todo
por aquellos tantos pecadores en el mundo.
Una de esas tardes
después del servicio a Dios, todos estaban afuera de la iglesia
comentando sobre la palabra, cuando Alejandra, su pequeña hija jugaba
con una pelota aventandola, cuando se le fue al otro lado de la
banqueta, la niña no lo pensó, simplemente corrió hacia la pelota sin
ver aquel ford focus que venía muy rápido, fue casi imposible impedir
que el frágil cuerpo saliera volando, el coche paró de inmediato,
Cecilia corrió despavorida con su hija, no podía tocarla estaba muy
lastimada, las raspaduras en el cuerpo fueron instantáneas, una fuerte
herida en su pierna izquierda inundaba un charco de sangre, el joven que
la atropelló estaba impactado en proceso de llamar a los paramédicos
cuando Eugenio lo interrumpió diciéndole: ¨ No necesitamos, ningún
médico, mi hija va sanar con la ayuda del señor¨. La niña sólo decía:
¨mami me duele mucho, por favor ayúdame. Papi me duele por favor¨, la
madre destrozada le pidió a Eugenio que por favor la llevarán al
hospital, pero el pastor Eugenio se negó de forma rotunda, sin ningún
cuidado tomó a la niña y la subió a su coche.
Al entrar a la casa,
la puso en el sillón, tomó a su esposa de la mano y le dijo que se
hincara junto a él, mientras rezaban desesperados, Cecilia lloraba sin
parar, le suplicó una vez más que la llevarán pero no lo consiguió, fue
cuestión de media hora para que Alejandra perdiera la vida. De pronto ya
no dijo nada, su voz suave y tierna desapareció, ese dulce corazón ya
no latía más y la manita que antes se sentía tibia ya estaba
completamente helada. La madre estalló de coraje y comenzó a culpar a su
esposo, él le dijo que no tenían que ir en contra de lo que dicta la
palabra del señor, que Dios le había pedido que confiara en él y que no
llevara a la niña con ningún médico, pero a ella ya no le importaba eso,
la estaba carcomiendo el dolor, entonces Eugenio tomó un machete y
comenzó a herirla sin compasión, la sangre corría por todo el cuarto, de
pronto uno de los machetazos desprendió su brazo, los gritos eran de
horror, cuando los vecinos se acercaron ayudar Eugenio salió rápidamente
con la camisa bañada en sangre y se perdió en una zona boscosa.
Al entrar las
autoridades y paramédicos encontraron a Cecilia tirada en una enorme
mancha de sangre casi inconsciente y el cuerpo de la niña al fondo. De
Eugenio aún no se sabe nada, esperemos que lo encuentren antes de que
siga dando servicio a Dios en cualquier otra iglesia del país.
Ese hombre está loco, cómo dejar morir a su hija y agredir a su esposa, la Biblia dice que no todo el que me diga "Señor, Señor, heredará su reino" y ese hombre solo se ha condenado
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