El cuerpo de Guadalupe Campanur Tapia, una activista que fue guardabosque en el territorio indígena de Cherán, en el Estado mexicano de Michoacán, fue encontrado la noche del martes en el municipio de Chilchota, en la misma entidad.
Campanur
Tapia tenía 32 años y su muerte ha sido confirmada por la Procuraduría
General de Justicia del Estado. Las autoridades han confirmado que la
víctima fue estrangulada y que la muerte se produjo entre las 36 y 48
horas previas a la localización del cuerpo. En un comunicado de prensa,
la Fiscalía informó de que no existía una denuncia presentada
previamente por la desaparición de la víctima. Un vocero de la
dependencia también ha afirmado a EL PAÍS la noche de este jueves que
todavía no puede definirse si el asesinato de Campanur ocurrió por su
activismo o si fue motivado por otra razón.
La muerte de Campanur Tapia ha generado conmoción en Cherán, un municipio conocido por ser un ejemplo único de autogobierno en México y donde viven alrededor de 20.000 personas. La activista fue parte de la transformación social que vive esta comunidad desde el 2012. Los vecinos establecieron en aquél entonces un Gobierno comunal y crearon un Concejo Mayor, encargado de regular la vida pública en el municipio. Los habitantes se hicieron cargo incluso de la seguridad, organizando rondas comunitarias para proteger una región que hasta entonces estaba marcada por la explotación ilegal de madera.
La víctima trabajó en este proceso de recuperación del territorio indígena. Sin embargo, Pedro Chávez, miembro del Consejo Mayor de Cherán, y otra persona que conocía la víctima pero que pidió que no la identificasen, afirmaron que Campanur Tapia ya no actuaba como guardabosque ni hacía rondas comunitarias desde hace un par de años. Según estas fuentes, Campanur Tapia seguía apoyando el movimiento comunal en el municipio como ciudadana. "El asesinato nos indigna profundamente", ha comentado Chávez.
Organizaciones civiles, amigos y activistas crearon el hashtag #JusticiaparaLupita para exigir que el crimen no se quede impune.
La muerte de Campanur Tapia ha generado conmoción en Cherán, un municipio conocido por ser un ejemplo único de autogobierno en México y donde viven alrededor de 20.000 personas. La activista fue parte de la transformación social que vive esta comunidad desde el 2012. Los vecinos establecieron en aquél entonces un Gobierno comunal y crearon un Concejo Mayor, encargado de regular la vida pública en el municipio. Los habitantes se hicieron cargo incluso de la seguridad, organizando rondas comunitarias para proteger una región que hasta entonces estaba marcada por la explotación ilegal de madera.
La víctima trabajó en este proceso de recuperación del territorio indígena. Sin embargo, Pedro Chávez, miembro del Consejo Mayor de Cherán, y otra persona que conocía la víctima pero que pidió que no la identificasen, afirmaron que Campanur Tapia ya no actuaba como guardabosque ni hacía rondas comunitarias desde hace un par de años. Según estas fuentes, Campanur Tapia seguía apoyando el movimiento comunal en el municipio como ciudadana. "El asesinato nos indigna profundamente", ha comentado Chávez.
Organizaciones civiles, amigos y activistas crearon el hashtag #JusticiaparaLupita para exigir que el crimen no se quede impune.
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