Una madre es capaz de dar todo sin recibir nada a cambio. De querer con todo su corazón sin esperar nada. Una madre sigue teniendo confianza en sus hijos cuando todos los demás la han perdido.
Nuestra madre encuentra la felicidad cuando nosotros la encontramos. Cuando vivimos algo hermoso, lo vive a través de nuestra experiencia. Nuestra madre reza por nosotros e incluso cuando sólo rezamos por nosotros mismos.}
Nuestra madre nos daría el mundo entero si fuese capaz.
La siguiente es una historia que nos deja una buena enseñanza sobre estos diferentes tipos de amor y de qué forma actuamos ante ellos.
“Todo empezó en la celebración de una boda. Dos jóvenes decidieron unir sus vidas para siempre y convidar con sus amigos y familia tan especial momento.
Durante la celebración, el ahora esposo le pidió a su madre que se sentara junto a su esposa, exactamente en la misma mesa. Su esposa se acerco y dijo que ¿Qué hace esta anciana aquí? ‘Es suficiente, ¡cámbiala de puesto o Llévala de forma inmediata fuera de nuestra boda”
Ante esto, el joven esposo le contestó: ‘Ella es mi madre, y así como he podido vivir momentos de dicha con ella, deseo que comparta este momento conmigo’.
A la mujer no le pareció la respuesta de su ahora esposo e insistió con que la madre debería irse. El joven, ya molesto, se puso de pie y dirigiéndose a la audiencia dijo en voz alta y clara:
‘¡Vendo a mi madre!, si a alguien le resulta interesante adquirirla dígamelo ahora. ¿Cuánto están dispuestos a abonar por ella? La vendo porque mi mujer no la quiere entre nosotros’.
Esta declaración causó sorpresa en todos los invitados que el silencio inundó la sala de inmediato. Tras dos minutos el joven continuó:
‘Ya que nadie parece estar interesado, lo haré yo mismo, ¡por el hecho de que la amo!’. Entonces tomó a su madre y salió del recinto sin decir solamente.
Después de unos días todos se habían enterado lo que paso en la boda, se había esparcido por toda la zona, el planeta entero parecía conocer la historia al grado de que un rico y poderosos hombre busco al joven para felicitarlo por sus buenos valores, eso no es todo, sino que decidió ofrecerle la mano de su hija en matrimonio.
‘Al ver lo que hiciste por defender a tu madre, no me cabe duda de lo que harías por tu esposa’”.
El amor entre una madre y sus hijos es inexplicable, no bastan las palabras para entenderlo. Jamás vamos a ser capaces de dejarlas, abandonarlas o maltratarlas con lo que alguien más piense de ellas. El amor hacia ellas será, indudablemente, uno de los más fuertes.
¿Qué harías si te pasa lo mismo?
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