En diciembre de 2017, un guía de turistas fue pisoteado hasta morir por un elefante en cautiverio en un campamento en Chonburi, Tailandia. El animal de 17 años, Plai Uthen, supuestamente habría sido obligado a dar un paseo a dos visitantes mientras otros turistas le rodearon para tomarle fotos. Según el Daily Mail, alguien le jaló la cola, alterándolo y provocando que atacara.
Según reportes hace poco que un turista alemán fue pisoteado hasta morir por un elefante en Tailandia mientras intentaba fotografiar al animal, que vivía en una “aldea de elefantes”. El animal había sido obligado a dar paseos en el momento del incidente.
En julio de 2017, un elefante, obligado a dar paseos en el parque nacional Victoria Falls en Zimbabue, fue asesinado a tiros por las autoridades después de aplastar a un manejador de la temporada. El enorme elefante toro, Mbanje, pastaba cuando Enock Kufandada intentó llevarlo a un corral. El animal, que había sido obligado a dar paseos temprano ese día, atacó al manejador y lo aplastó hasta matarlo.
En junio de 2017, un grupo de turistas americanos que visitaban Jaipur, India, vieron a unos cuidadores golpear a un elefante durante un recorrido en el Fuerte Amber. Después de que dos elefantes intentaron escapar mientras los obligaban a dar paseos en temperaturas extremadamente altas, cerca de ocho hombres presuntamente golpearon a uno de ellos con palos durante casi 10 minutos. Profundamente consternados por lo que vieron, los turistas comenzaron a tomar fotos, que publicaron en las redes sociales, y escribieron a PETA India, quienes contactaron a las autoridades para pedirles que se levantaran cargos de crueldad en contra de los maltratadores.
En mayo de 2016, un elefante de Sumatra obligado a dar paseos en el zoológico de Java, Indonesia, explotó y atacó a una veterinario del zoológico que estaba tomando fotografías. Cuando la mujer trató de huir, la desesperada elefante supuestamente la levantó con la trompa, la tiró al suelo y la pisoteó. La mujer murió por las heridas.
En abril de 2016, una elefante llamada Sambo supuestamente fue obligada a llevar turistas al monumento religioso más grande del mundo, Angkor Wat, en Camboya. Las temperaturas superaban los 100 grados Fahrenheit, y no había siquiera una brisa. Muy agotada y acalorada, sucumbió ante las condiciones extremas y se cree que sufrió un ataque cardíaco. Murió después de colapsar al lado del camino.
Pocos meses antes, un turista escocés que vacacionaba en Tailandia murió y su hija de 16 años fue herida cuando un elefante que montaban desbocó. Tailandia es el promotor de campamentos de elefantes más grande del mundo, en donde el abusivo ritual phaajaan es utilizado para quebrantar los espíritus de los elefantes bebé y obligarlos a someterse ante los humanos.
Puedes unirte a ella y protestar en contra de los crueles paseos en elefante, no necesitas cadenas ni disfraces.
No te dejes engañar
Los elefantes son animales inteligentes y conscientes de sí mismos. Aquellos que permanecen en cautiverio, en atracciones turísticas, incluso en lugares llamados erróneamente; “orfanatos” o “refugios”, padecen un terrible maltrato físico y mental infligido para obligarlos a dar paseos. No es raro que tantos estallen y ataquen.
Cualquiera que compre un paseo en elefante en una feria o agende una excursión con animales en cautiverio es responsable de este despiadado ciclo de maltrato. Pero tú puedes hacer una diferencia. Haz clic en el botón para instar a las empresas a poner fin a esta violencia:
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